Cuando los niños aprenden a hablar, los padres participan en el aprendizaje musical de su hijo. Asisten a las clases con el niño y sirven como “profesores de casa” durante la semana. Un padre suele aprender a tocar antes del niño, para que pueda entender lo que su hijo tiene que hacer. Los padres trabajan con el profesor para crear un agradable ambiente de estudio.

Los años tempranos son decisivos para el desarrollo de los procesos mentales y la coordinación muscular. Debe comenzar a escuchar la música al nacer; la capacitación formal puede comenzar a los tres o cuatro años, pero nunca es demasiado tarde para comenzar.


Las clases están centradas en:

Primer acercamiento al mundo musical a través de canciones, poemas, audiciones activas, pequeña percusión y juegos de dedos, desarrollando el oído, la comunicación y la memoria, experimentando el ritmo y socializando con el grupo.

Se trata de una iniciación musical completa, sirviendo también de preparación previa al instrumento gracias al desarrollo de la psicomotricidad fina, al aprendizaje de patrones rítmicos cada vez más complejos, al reconocimiento de figuras musicales y mucho más.